lunes, 27 de mayo de 2013

"Fuertes y unidas para soportar las crisis"

Entrevista Romina Paula & Pilar Gamboa, por: Tiempo Argentino 

Siete años atrás, integraban una compañía de culto en el teatro independiente. Ahora estrenan en  el Teatro San  Martín. 


Les pasó todo lo peor que les podía pasar. Eso dice 

Romina Paula –actriz, directora y autora– sobre las 

dificultades que su grupo de teatro tuvo que atravesar para 

llegar a estrenar Fauna, hace una semana, en el Centro 

Cultural San Martín.

La historia de El Silencio, su compañía de teatro, comenzó así: en 2006, cinco amigos y artistas se juntaron a ensayar en una terraza de Boedo. No tenían proyecciones ni expectativas exitistas, sólo una necesidad vital de hacer algo para expresarse. Pero cuando lograron estrenar, sus obras trascendieron el "boca en boca", se volvieron artistas de culto para el ambiente del teatro independiente y, en poco tiempo, ocuparon las grillas de los mejores festivales internacionales. A ellos, el éxito y el prestigio, no les alcanzó: el año pasado estaban sin sala, sin plata para producir su espectáculo y, lo peor de todo, con un compañero menos en el equipo.  
Tan bien les había ido en el último espectáculo, que Romina pudo publicar sus obras de teatro y sus novelas, y el talento de Pilar llegó a los oídos de Adrián Suar, que fue a verla al teatro y la convocó para actuar en televisión. Pero 2012 las volvió a encontrar con la incertidumbre de los artistas independientes, buscando un espacio donde presentar Fauna, un espectáculo que les llevó más de un año de ensayos. El grupo, integrado originalmente por Romina Paula, Pilar Gamboa, Esteban Bigliardi, Esteban Lamothe y Matías Sendón, estrenó dos obras: Algo de ruido hace (2007) y El tiempo todo entero (2010). Con el paso del tiempo, el grupo sufrió pérdidas e incorporaciones, pero la última –cuando se fue el actor Esteban Lamothe (reconocido por protagonizar la película El estudiante)– puso en peligro todo el proyecto.
"En un momento se consideró que no se iba a hacer la obra, porque sin él no se podía. Habíamos estado tres meses ensayando con él. Fue una situación de mucha crisis", cuenta Romina, directa y honesta.  Lamothe fue remplazado por el actor Rafael Ferro. "Rafael está haciendo un trabajo increíble. Por suerte, uno nos dejó, pero otro nos quiso. Ahí pensamos: ‘Nos vamos a quedar aferrados al que te quiso o vamos a abrazar al que te quiere", dice Romina, y no puede evitar convertir todo ese proceso de escribir, dirigir y estrenar en una metáfora del amor. Completan el elenco Esteba Bigliardi y Susana Pampín.
Pero tuvieron más problemas: la obra debería haberse estrenado en octubre del año pasado en el Tacec, de La Plata, pero a último momento no tuvieron financiación. "Fue otra crisis para nosotros, porque habíamos puesto toda la energía para hacerlo ahí. No habíamos pedido ningún subsidio. Nosotros producimos con el tiempo, pero no con el dinero. Necesitábamos apoyo. Fue muy loco el proceso: veníamos de hacer una gira por París con El tiempo todo entero y teníamos a 30 franceses que querían venir a ver Fauna, pero nosotros no teníamos teatro ni plata", cuenta Pilar Gamboa.
"Hay que mantenerse muy fuerte y muy unido como grupo para soportar esas crisis. Hay algo del trabajo artístico y de investigación, que por suerte sigue ganando, a pesar de la falta de dinero y de muchas otras cosas. Suena un poco romántico, pero hay algo que espiritualmente sucede en nuestro grupo de teatro y que es muy difícil de explicar. Es como el amor, cuando las cosas pasan, pasan", dice Pilar. En esta charla, actriz y directora reconstruyen su pasado y cómo fue la historia de un grupo de teatro independiente que salió al mundo. 
–¿Qué piensan que los distingue como grupo de teatro independiente?
Pilar Gamboa: –Hay algo del proceso creativo, de laboratorio, de experimentación, con un texto escrito por Romina especialmente para nosotros, que nos funciona muy bien. Tenemos trabajos creativos de investigación, que están al servicio de lo que uno puede hacer como actor o no, de ingresar a zonas donde uno no se conoce todavía. En realidad, cuando te  llaman para hacer otros laburos, lo hacen por una especie de tendencia que uno tiene. Dicen: "Ella es fresca, le sale bien eso, la pongo en eso." Y acá, eso no se hace para nada.
–¿Por qué creen que tuvieron tanta repercusión las obras de la compañía?
PG: –Nosotros nos conocimos todos estudiando juntos, en talleres de Ricardo Bartís y de Alejandro Catalán. No podemos decir que irrumpimos, decir cosas así suena medio pedorro, pero sí podemos decir que somos gente que nos juntamos a trabajar y que la ‘flasheamos’ entrenando, ensayando. Y con mucha seguridad y verdad sobre lo que hacíamos. 
Romina Paula: –Cuando  empezamos a hacer teatro, no iba tanta gente al teatro independiente, esa es la verdad. Era una época en la que si tenías quince personas de público era una buena función. El teatro independiente era consumido por la misma gente de teatro. A la función venían a verte tus compañeros y tu familia, nadie más. Ahora hay que llamar y reservar para ver una obra. Eso antes no existía. Les hacías un favor a los actores si ibas al teatro.
–¿Esa situación cómo las marcó?
RP:– Por ese contexto, no teníamos ni una carga de responsabilidad ni tampoco especulativa. Nadie buscaba éxito, ni prestigio, ni ninguna de esas cosas que me parece que ahora se buscan. El prestigio sí, lo tenía Bartís (reconocido autor y director de teatro), pero era un caso particular. Nosotros veníamos de una época donde empezaron a aumentar las escuelas de teatro y la dramaturgia del actor. Creo que eso fue lo que nos salvó a nosotros, trabajar con tan poca especulación sobre lo que nos podía llegar a pasar como grupo, justamente porque no había público. Después, empezó a pasar, por alguna razón, que el teatro independiente se hizo atractivo para un público mayor. Creo que en eso influyó mucho Timbre 4 (la sala del autor y director Claudio Tolcachir), porque el Sportivo Teatral (la sala de Bartís) tenía algo de público vinculado a una élite intelectual, pero Timbre 4 tuvo un perfil más popular. Me acuerdo el estreno de La omisión de la familia Coleman (la primera obra de Tolcachir), donde veías a señoras de tapado flasheando porque se metían en una sala de Boedo y caminaban por un pasillito. No podían creer que se hiciera teatro en una habitación. Obviamente, Bartís lo hacía hace 1000 años, pero no iban a su sala. Ahora, quienes tienen  diez años menos que nosotros, les veo como cierta presión de "mirá si la pegamos con esta obra", cuando antes no existía pegarla con una obra. 
–¿Qué las motivó para empezar a crear?
PG: –Nosotros ensayamos Algo de ruido hace en una terraza de Boedo, sin pensar en ningún espectador. Teníamos una necesidad de hacer, algo vital, de generar, de no esperar el llamado de nadie, queríamos hacer, hacer, hacer. Y en esa verborragia surgen cosas muy interesantes. Yo ahora lo pienso y digo: "¡qué loco!" Teníamos un nivel de profesionalismo enorme. Suspender un ensayo es una cosa muy grave. Y si se suspende, ¿cuándo se recupera?, como si todos tuviéramos a fin de mes un sueldo. Nos juntamos cuatro personas con muchas ganas de generar un universo, sin pensarlo en el momento a priori.
–¿Piensan mucho en la respuesta del público?
PG: –Sí, pensamos mucho. Porque si hay algo que la gente no compra nada, es porque nosotros estamos haciendo algo mal. 
RP: –El público es muy inteligente. Acá, si hay una mala función, no se cuenta la obra.
PG: –Pero cuando sucede esa magia, de golpe todo empieza a encajar. Ojalá pudiéramos cortar la función cuando hay algo que no fluye. Nos gustaría poder decirle a la gente "terminemos con este malentendido, esto que no está pasando. Nos vamos todos a tomar una birra a Pippo". 
–¿Intentan llegar a la verdad como grupo artístico?
RP: –Nosotros como grupo hablamos mucho de la verdad. Ahora siento que esa palabra me da más miedo  y vergüenza, no sé por qué. Pienso más en torno a la idea de "estar", estar ahí.  
PG: –Yo sí pienso mucho en la idea de la verdad. Me parece que en ese "estar ahí", uno encuentra una verdad que es desoladora. Creo que es una de las cosas más difíciles que se puede lograr. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario