La Frida de la pintura lleva esa chaqueta, agujereada a la altura del pecho.
Donde debería estar el corazón hay un agujero, atravesado por un palo.
A través de su pecho, atrás, el cielo y algunas nubes.
El órgano extirpado, en la arena, pierde sangre. Parte de la sangre va tierra adentro, otra corre hacia el mar. Se pudre solo, tan grande.
El corazón, así, lejos de ella, ya no significa nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario